Ábrelo.
No tengas miedo y tira del manillar, abrirás un cajón de sueños, locuras, canciones, risas y lágrimas mezclados sin orden alguno...
Descubrirás mi mundo, unico e irrepetible al igual que el tuyo, un mundo lejano y cercano, normal y extraño, alegre y triste, silencioso y musical, enorme y a la vez tan pequeño que cabe en un cajón...

29/2/08

Año bisiesto

¡Hola!
Bueno, siento decir que no se puede quedar el blog sin una entrada el 29 de febrero, que esta fecha no la podre repetir hasta dentro de 4 años mas... Me dan igual los examenes, que tengo todo el fin de semana xD
Bueno, voy a dejar un relato que tambien acabo de escribir... Este necesita un titulo urgentemente, bueno, no urgentemente, es que es de los pocos que no se me ocurre ni una idea. Me han dicho "¿Quién eres?" que me gusta pero no me convence, y no see...


No todos los impermeables lo son siempre. Y el suyo había resultado ser apenas una fina prenda de algodón contra el jarro de agua fría que había recibido.
Anoréxica.
La verdad rebotó en su mente durante unos segundos al verla, sin poder aceptar que fuese cierto. La realidad entraba y salía, alejándose cada vez menos de su incredulidad. Hasta que, como todos los balones, se paró en el centro de su cabeza.
Y explotó en mil preguntas de incertidumbre, de miedo e inquietud, preguntas que pedían a gritos una respuesta… ¿Por qué?
Le había bastado verla después de tanto tiempo de conversaciones telefónicas para darse cuenta del cambio. Y había entendido porqué rechazaba quedar, porqué se limitaba a llamarla para intercambiar novedades, porqué ya nunca veía a la que había sido su mejor amiga. Porque ella sabía que, si se reencontraban, lo descubriría.
Oculta tras un cambio de colegio y unos nuevos compañeros duros y ciegos, había comenzado su propio tormento. No quería que la reconociesen por quién era antes, ya no. Nadie notaría el cambio, pues los ojos del mundo sólo se veían a sí mismos. Nadie excepto ella. Y la había visto.
Cruzaron una mirada, lo suficiente para reconocerse, para que cada una leyese en la mirada de la otra la verdad. Lo justo para que comprendiese que no quería hablar de ello, que debía huir. Lo más rápidamente que pudo, se mezcló con las gentes desconocidas de aquella calle, que pronto se convirtieron en salvadores.
La huída no hacía más que confirmar sus sospechas, su mejor amiga se había convertido en una desconocida. Y la culpa era suya. Corrió tras ella, agarró la manga de una chaqueta demasiado ancha para aquel brazo del grosor de un palo.
La miró a los ojos, buscando una respuesta, una explicación; la manera de ayudarla.
Sólo encontró lágrimas.



A A...

27/2/08

Cadeza hueca

—Cabeza. A ver, repite: ca-be-za —dijo una vez más la madre mientras se señalaba esa parte del cuerpo.

Cadeza —dijo el niño entre risas, señalándose el pie.

—No, se dice cabeza, y está aquí —sonrió, tocando la del pequeño.

¡Cadeza! ¡Cadeza! —exclamó el niño, riendo ya sin disimulos.

¿Sabes qué? Voy a contarte un cuento, ¿quieres? Seguro que te gusta, como todos los cuentos…

¡Sí! ¡Un cuento, un cuento! ¡Empieza, mamá!

Érase una vez un niño que pensaba con los pies. Se llamaba Luis.

¡Anda, como yo!

Luis era un niño muy revoltoso, porque siempre tenía que estar corriendo de un lado a otro, para poder pensar. Todos sus amigos le llamaban cabeza hueca, porque sólo pensaba en caminar y en correr… Además, sus pies olían tan mal, ¡que sólo le gustaba el queso! Su Mamá estaba cansada de comprar tanto queso, ¡no habñia nada más en la nevera!

Pero mamá… A mí no me gusta el queso, y no soy un cadeza hueca.

Bueno, hijo, ¡hay muchos Luíses en el mundo! ¿Quieres saber cómo sigue la historia?

Jo… yo pensé que la historia era mía… Bueno, sigue, porfa.

Un día, Luis fue a jugar a fútbol con sus amigos. Él era muy bueno pensando estrategias, porque…

Mamá, mamá, ¿qué son estartegias?

Estrategias, hijo, es-tra-te-gias. ¿Sabes cuando el entrenador del Barça le dice a Ronaldinho que le pase el balón a Messi para que chute y marque? Pues eso es una estrategia.

¡Muchas gracias, mamá! ¡Ya sé lo que es una estartegia! —dijo Luis entusiasmado—. Y ahora, ¡cuéntame!

Pues Luis siempre hacía de entrenador, porque se sabía todos los pases y jugadas del mundo, y se los podía enseñar a sus amigos.

¡Hala! ¡Eso es imposible!

Pues no, Luis se las sabía. Pero ese día Carlos, el único delantero de su equipo, estaba enfermo, ¡y tenían que luchar contra el equipo de Juan! ¿Qué podían hacer? ¡No podían perder! Luis decidió que él jugaría, aunque, en realidad, ¡no había jugado nunca a fútbol! Empezó el partido, y cuando a Luis le llegó el balón estaba sólo contra el portero, ¡perfecto! Le dio una patada tan fuerte, ¡que el balón se perdió en las nubes!

¡Guau! ¡Es como Superman!

No era tan fuerte, pero casi— le sonrió—. Después de eso, no marcó gol, y sus amigos se enfadaron con él. Además, los días siguientes no pudo hablar, todo lo que decía eran estupideces. Sus compañeros le llamaban cabeza hueca a partir de entonces, porque en su cabeza no había nada, pero en su pie… ¡tampoco!

¿Y no podía pensar?

¡No! Por eso, cariño, la cabeza está aquí— dijo mientras se la señalaba —, y no en el pie.

Entonces, mamá… ¿yo soy un cadeza hueca?

Como lo sigas diciendo mal, sí. Se dice cabeza.

¡No soy un cadeza hueca! ¡No soy un cadeza hueca!



¡Hola! Bueno, dejo ya el ultimo relato antes que despedirme de internet hasta el jueves o viernes que viene, que es cuando acabo los examenes... Ugh, desearia desaparecer estas semanitas, pero... va a ser que no xD
Es un relato algo estupido que escribi mientras estudiaba en la biblioteca y esta dedicado Laura Kiara, mi frikitocaya y 1ª en leerlo, aunque fuese a medias.
Pos eso, me despido ya y me voy a estudiar que hace falta xDDD
¡Besos!
Laura

PD. al mal tiempo buena cara... y a los examenes amontonados, codos resistentes XD

24/2/08

Creative Commons

¡Hola!
Como habrán visto, he añadido una nueva sección en la barra de la derecha... Creative Commons. Es una página que te da derechos sobre tus creaciones, una especie de coppy right gratis on-line.
Puedes elegir diferentes niveles de derechos, segun tus intereses. Estos derechos se identifican mediante una leyenda de signos que cada uno pone en su pagina, para que quienes lo vean sepan qué pueden hacer y qué no con todo lo expuesto en la página en cuestión.
En mi caso, si alguien quiere copiar algo mío y ponerlo en otro sitio, tiene que mencionar que lo he escrito yo. Además, no se puede intentar ganar dinero con nada escrito aquí (si es que alguien quería ganar dinero con esto, cosa que dudo XD). Por último, no se puede modificar ninguno de mis relatos ni nada de eso. Es decir, que si alguien quiere poner un relato mío en otra página puede hacerlo, pero con la obligación de mencionarme como autora, sin poder usar nada con fines lucrativos y sin modificar ni crear obras derivadas.
Lo pongo por si acaso, que nunca se sabe... No mucha gente se pasa por aquí, que yo sepa, siempre puede que haya alguien que me lo este copiando... Bueno, como sabrán yo no me suelo fiar de nada, así que por lo menos tengo algún derecho sobre mis relatos xD

Todos estos derechos, y algunos más, se pueden combinar para conseguir la licencia que más se ajuste a lo que quiera cada uno. Para más información: http://creativecommons.org/
La página está en inglés, pero si le dan arriba, donde pone "license", aparece en español con todos los datos necesarios, a quien le interese ahí está.


Pos eso, yo me voy a estudiar T.T
¡Feliz domingo!
Lauris

22/2/08

Reencuentro

Cajas.
Eso era lo que predominaba en lo que, hasta entonces, había sido su hogar. Cajas de cartón que poco a poco se llenaban con el vacío de armarios y estantes, que acabarían también desarmados y empaquetados en alguna otra caja, llena del vacío de aquella casa.
Miró monótonamente un viejo y pequeño baúl. Se preguntó qué habría en su interior y porqué lo conservaba. Sólo recordaba que su abuelo, al morir, se lo había dejado en herencia, sin indicación alguna de dónde podía encontrar una llave que lo abriese ni sobre qué encontraría si lograba hacerlo. Hasta ese momento lo había conservado por respeto a su abuelo, aunque tampoco le interesaba demasiado, pues tenía mejores cosas en las que pensar. Ahora que abandonaba su hogar, no le quedaba más remedio que decidir qué hacer con él.
Suspiró mientras se agachaba, e inspeccionó las bisagras. Bastante oxidadas. Con un golpe de martillo consiguió romperlas. Notó, para su sorpresa, que el pulso se le aceleraba. ¿Nervios? Ya estaba nerviosa desde antes, pues apenas tenía tiempo para empaquetarlo todo para la mudanza. Retiró la tapa con lentitud, sin saber qué le mostraría la vista.
Lo que vio la dejó asombrada. Un viejo estuche de violín, con el recubrimiento de piel ya desgastado, reposaba en el fondo del baúl, cubierto por cientos de partituras. A un lado, un atril desmontado. Un cálido escalofrío de emoción la recorrió de pronto, una gran añoranza se adueñó de sus sentimientos, y los recuerdos impregnaron cada uno de sus pensamientos.
Se vio a sí misma de pequeña, ensayando hora tras hora para un concierto, sin pausa, repitiendo desde el principio cada vez que se equivocaba, hasta que saliese perfecto. Notas que habían quedado olvidadas bajo el polvo de los años, escalas que subían y bajaban cubiertas por una pátina de olvido, vibratos melancólicos que habían sucumbido ante el más largo de los silencios de redonda…
Sacó el estuche del baúl y lo abrió lentamente. Casi podía sentir el tacto suave del terciopelo rojo gastado, que seguramente envolvía todo el interior del estuche. Y ahí, entre la tela de color sangre, encontró lo que, desde entonces, se convertiría en su más preciado tesoro. Recorrió con la vista las suaves curvas de caracol de la voluta; las clavijas rematadas en una punta de oro, el mástil, negro como la noche, que poco a poco se salpicaba de estrellas de resina; la elegante forma del cuerpo del violín, cuya madera marcada por el paso de los años aún brillaba a pesar de todo…
Como en un sueño cogió el arco y lo tensó, con toda la delicadeza del mundo levantó el violín de su reposo, y tocó.


Al principio con dudas, luego con más seguridad. Las melodías se sucedían, rescatadas de algún lugar olvidado de sus recuerdos, llenando la casa con notas de melancolía. El arco subía y bajaba, con pasión, con fuerza, desenterrando lo que había sido la banda sonora de su infancia. La música inundaba los años de silencio con su sonido, escribiendo partituras en el aire, creando bailarines invisibles que danzaban sin que nadie pudiese verlos…
Había recuperado, ya para siempre, la música de su violín.


Bueno, traigo buenas noticias (malas para los vecinos xD): ¡he retomado el violín! Llevo desde el lunes tocando a diario, es una sensación maravillosa. También estoy contenta porque ya pagué entero el viaje a Asturias (mas bien my mother, pero... es lo mismo xD), puse mis 200 € de rifas... Ahora tengo 50 rifas sueltas, supongo que me quedaré el dinero de venderlas xDD
Y para terminar con buen pie me voy a cenar, que ya tengo hambre.
¡Besos!
Lauris

13/2/08

Faramios, microfaradios y demas paranoias

Bien, traigo una nueva muestra de la estupidez del ser humano (ah, que hacian falta mas pruebas...)

Bueno, empezare explicando un poco que es un faradio para quien no lo sepa, y para eso tendria que explicar primero que es un condensador. Un condensador es, segun mi libro de tecnologia, un aparatito que tiene una capa de matarial conductor, otra de material semiconductor, y para terminar de nuevo conductor. Esta... cosa, es como una bateria: almacena y descarga energia electrica, pero en cantidades mucho mas pequeñas. Es decir, cuando esta cargado, enciende una bombillita de estas pequeñas durante apenas un segundo, y muy poca luz, apenas un destello.
La electricidad que tiene dentro, o que puede llegar a almacenar, es la capacidad, y se mide en faradios. Bueno, eso en teoria.
Resulta que un faradio es una unidad enooorme para medir lo que puede almacenar un condensador, y esta medida que yo sepa solo se usa para los condensadores, que alguien me corrija si me equivoco. Bien, como dice mi profesor es como si la unica unidad para medir distancias fuese el año luz. Seria un disparate.
Bueno, para resolver esto se utiliza el microfaradio, el nanofaradio (nF), o hasta el picofaradio (pF), que si son cantidades mas acordes con lo que almacena un condensador. Lo que me gustaria saber a mi es, ¿para que c*** se inventa una medida que nadie va a usar nunca? ¿No seria mucho mas facil coger y llamar faradio a lo que actualmente es un nanofaradio, y asi no nos armamos un lio mental increible con los prefijos de cantidad? Esto lo digo porque en clase hoy nadie, repito, nadie excepto yo y el profe entendiamos que diferencia hay entre un nanofaradio, un microfaradio y un picofaradio. Se sacaron, entre otras, las siguientes conclusiones:
1000 nF= 1 pF
1 microF= 0'ooo1 pF

BUeno, y como esas mil chorradas mas. En realidad, si no recuerdo mal, la cosa es asi:
1 F= 1000 mF (milifaradios)
1mF= 1000 microfaradios (que se representan con un simbolo raro que no tengo, o eso creo, en mi teclado)
1 microfaradio= 1000 nF
1nF= 1000 pF

realmente de toda esta tabla los unicos que se usan son el micro, el nano y a veces el pico. ¿Para que inventar una medida tan enorme? Respuesta del profe cuando le pregunto"bueno, eso no lo se, pero es mejor que no hagan otra medida, que si no acabamos como con las distancias: metros, pies, yardas, millas, nudos, etc. Es mejor asi"
Vale, que ahora es tarde para cambiar pos bueno, lo llego a aceptar. Pero por favor, ¿porque no se hizo desde el principio una medida razonable??

Y despues de aburrir a quien sea que vaya a leer esto, me despido, ya seguire pensando en microfaradios el resto de mi vida xD

7/2/08

Para Elisa

De nuevo, aquella música. Aquella delicada melodía interpretada por un piano antiguo, por unas finas manos pálidas que flotaban como la brisa sobre un teclado ya amarillento. Aquellas suaves notas que tantas veces la habían acompañado en la oscuridad de sus días, trayéndole algo de luz y esperanza…
Quiso saber de dónde venía la canción, y de nuevo sintió aquel abandono, la impotencia, el dolor en su pierna y, por encima de todo aquello, sintió la oscuridad más pesada que nunca sobre sus ciegos ojos azules. Pero no desistió. Se esforzó por escuchar de qué dirección provenía la música, cuán lejos debía estar el dueño de aquellas bellas manos que había imaginado tantas veces durante las horas muertas en aquella blanca, pero a la vez tan negra, habitación de hospital.
De pronto, la canción llegó a su fin, y Elisa se sintió abandonada de pronto, sola en un barco que navegaba a la deriva entre las oscuras aguas de una noche infinita, como si alguien hubiese apagado la luz invisible del único faro que podía guiarla…
-Para Elisa-oyó.
En un primer momento supuso que alguna enfermera le traería la comida, pero se descubrió pensando que aquella no era la voz de ninguna de las enfermeras que conocía. Se dio cuenta de que aquellos días en el hospital ya habían afinado mucho su oído, y eso ayudó a disipar, en parte, su tristeza. Recordó cómo al principio todo lo que oía no era más que un barullo atenuado de voces, pisadas y puertas que se abrían y cerraban, ajenas a lo que pasaba en el interior de las habitaciones a las que cedían el paso. Ahora podía distinguir quién hablaba en cada momento, hacia dónde se dirigían aquellos tacones, en qué parte de la habitación estaba el móvil que estaba sonando, si el coche que acababa de pasar iba rápido o muy lento… Lo que nunca conseguiría averiguar era el aspecto de cada rostro, el color del traje de aquel visitante, el modelo del nuevo todo terreno del doctor…
Coches. Se estremeció sólo de pensar en la última vez que había subido a uno. La última vez que había visto a su hermano quejarse por tener que sentarse aún en la sillita. La última vez que su madre les había dicho que se pusiesen el cinturón. La última vez que su padre había gritado. La última vez que había visto luz.
“Voy a tener que acostumbrarme a esto”, se dijo con resignación, una vez más, como sabía que seguiría haciendo durante mucho tiempo. Volviendo a la realidad, pensó que debía decir algo.
-¿Qué es para mí?-preguntó, sin saber si había alguien cerca que la escuchase.
-¿Qué has dicho?- era la misma voz femenina de antes; dulce suave, delicada, como si de un momento a otro pudiese romperse en mil pedazos de cristal.
-Si… si algo es para mí. Soy Elisa, ¿qué es para mí?- oyó una risita, ¿se burlaban de ella? ¿Por qué? Sabía que sus movimientos eran torpes y desorientados, que miraba sin ver, pero no merecía las risas de nadie. Estaba herida-. ¿Por qué te ríes de mí?
-No me río de ti… Y lo siento, tampoco tenía nada para ti, sólo murmuré el nombre de la canción que estaba escuchando, Para Elisa. Te llamas así, ¿verdad?
-Sí… ¿Quién estaba tocando la canción?- notó que el pulso le aumentaba, ¡al fin iba a conocer al pianista que tantas veces había imaginado! Ni se le planteó la posibilidad de que, en un hospital, muy difícilmente podía haber un piano.
-No… No la tocaba nadie. Es una grabación-. “Oh, no. No puede ser cierto”. De pronto, la luz intermitente de aquel faro pareció apagarse para siempre. El pianista de sus sueños no existía, no vendría a rescatarla de aquel horrible lugar, que tanto le recordaba a su familia, a pesar de no tener nada que ver con ellos. La oscuridad se hizo más negra, el silencio más callado-. Pero la grabación la tocó mi madre.
-¿Por qué no estás con ella? ¿Por qué no viene a tocártela ahora?
-Está… está… Está muerta. Pero no lo sientas, no es culpa tuya. Tu madre también murió, ¿verdad?
Elisa intuyó, por tan sólo un momento, que aquel era el comienzo de una amistad. De una gran amistad.



¡Hola! Es un relato que podria formar parte de una historia mas larga, que no se si escribir. Unos dicen que si, otros que no. A mi me gustaria seguir, pero no se, porque dicen que el relato perderia su encanto. ¡Necesito ayuda! Cada vez que empiezo una historia la acabo abandonando, no quiero hacer lo mismo con esta si es que la escribo. Si empiezo, quiero terminar. Por dos personas lejanas y cercanas. Y porque me lo propongo. Pero por otra parte me da miedo no terminar, por lo que seria mas facil dejarlo asi, como un relato... Nah, esto de elegir lo facil no es lo mio, creo que la voy a escribir. Pero de todas formas me gustaria saber su opinion, que siempre es de ayuda ^^
¡Muchas gracias por leer!
Lauris ^^

2/2/08

Agua fría

Aquí de nuevo con ustedes, Lauris, encantada de presentarles una nueva parida inexplicable... Disfrútenla o, al menos, no mueran en el intento de terminar.

Aproximadamente estábamos en un lugar a 1’887345 cmx10000 de la costa del país de Nunca Jamás en dirección Norsureña. Es decir, que no teníamos ni la más mínima idea de en qué parte del mundo (o, más bien, de qué mundo) nos encontrábamos.

Bueno, si quieres saber la verdad, yo podía haberte dado una idea bastante exacta de mi situación: estaba justo bajo el palo mayor de aquella nave, podía ver las velas colgando, sin vida, sobre la quietud del mar infinito. Desde luego, no habría sabido decirte dónde estaba el barco, pero al menos sí sabía en que parte de él estaba yo. De la posición del resto de mis compañeros… estaban en paradero desconocido, siempre dentro de aquella mitad de M&Ms flotante. Sí, el barco era perfectamente redondo, algo realmente inútil para cortar las olas. Hasta yo podría haber hecho un diseño mejor que ese.

El capitán, si podía llamar así a quien dirigía nuestros escasos avances, era ni más ni menos que el ingeniero que había creado los planos de nuestra nave. Cuando me lo dijeron, comprendí por qué estábamos perdidos. También me dijeron que la parte del barco que quedaba bajo el mar tenía dibujado el logo de M&Ms, y que todo aquello era una estrategia comercial para que los tiburones se uniesen al consumo masivo del chocolate, ya que su alimento natural, las percas, habían sido extinguidas por la sobrepesca.

Desde luego, las empresas cada día tenían ideas más espeluznantes: ¡matar a toda una tripulación para vender más entre los tiburones! Además, si querían aumentar los ingresos, sólo tenían que decirle a mi madre que no le prohibiese a mis hermanas que comiesen tanto chocolate, ¡entonces la demanda sería mil veces mayor que la producción!

No podía ser cierto, pensé, los tiburones no saben leer. Pero, ¿y si el Gobierno había creado una colonia de tiburones inteligentes a las espaldas del mundo, para así acabar con sus enemigos políticos y, ya de paso, ayudar a Peter Pan a que Garfio muriese? Ah, no… en ese caso sería un cocodrilo.

“Pero todos los cuentos cambian”, me dijo en ese momento Lucy, mi Hada Madrina, en un pensamiento. Y entonces una nueva pregunta surgió en mi mente: ¿desde cuándo los chicos tienen Hadas Madrinas? ¿No eran las chicas desafortunadas como Cenicienta las que las necesitaban?

Le conté mis dudas al palo mayor, el único ser vivo (y sí, estaba vivo: ¿acaso los cadáveres pueden aguantar la fuerza del viento tanto como mi querido palo mayor? Además, tenía brazos y una fuerza sobrehumana) que veía en ese momento. Se rió de mí, y decidió llamarme Ceniciento, para hacerme rabiar. Entonces, le empecé a dar patadas y puñetazos, porque no tenía derecho a meterse conmigo, y… ¡acabé por romperlo! Desgraciadamente, se cayó al mar, ¡ahora sí que estábamos perdidos!

Si el Capitán veía aquello, seguro que me hacía pedazos y luego me incluía en su cena, o peor aún, en la de mis amigos, sin que ellos lo supiesen. Para evitarlo, me tiré al agua atado a una bala de cañón, para bajar rápidamente con el palo mayor. Cuando le alcancé, traté de pedirle perdón, de convencerle para que volviese, pero no podía hablar, sólo me salían burbujas de la boca, y para mi horror me hundía cada vez más, hacia el fondo del mar, sin poder deshacer el nudo que me ataba a mi muerte... Creo que fue entonces cuando me di cuenta de lo fría que estaba el agua, el agua, el agua…

-¡¡AY!! ¿Te crees con derecho a despertarme así, con un jarro de agua fría? ¡Pero si sólo son las 12!




Y bueno... como todo el mundo sabe... ¡no me gustan mis uñas!

PD: no pregunten a qué viene nada de lo aquí escrito... Laura Balcells E. no se hace responsable de nada de lo aquí publicado, es solo su lado oscuro otra vez...