Ábrelo.
No tengas miedo y tira del manillar, abrirás un cajón de sueños, locuras, canciones, risas y lágrimas mezclados sin orden alguno...
Descubrirás mi mundo, unico e irrepetible al igual que el tuyo, un mundo lejano y cercano, normal y extraño, alegre y triste, silencioso y musical, enorme y a la vez tan pequeño que cabe en un cajón...

28/9/07

Lluvia (por partida doble)

¡¡Hola!! ¡¡¡¡Feliz fin de semanaaaaaaa!!!! Hoy si que estoy feliz :P Hoy, como dije el lunes, toca poner Lluvia, en honor a Haila, que ya lleva mucho tiempo pidiendomelo y se lo merece ;) Y parece que el lunes, cuando lo dije, predije lo que pasaria hoy... ¡¡primera lluvia de septiembre!! Por desgracia cayo en mitad de una clase ¬¬ ju, tenia que haber podido correr bajo la lluvia y hacer el tonto, que es lo que me gusta, pero no... T.T que triste TT__________TT
Bueno, voy a ir contando cosas que hayan pasado...
Pos el martes en e.f. hicimos unos tests de condicion fisica, y como me salio que tenia un corazon debil me propuse hacer ejercicio cada dia... Martes: subir y bajar las escaleras del insti desde el ultimo piso hasta abajo de todo unas 20.000 veces por despistes, recados de partes de profesores, fotocopias y no se que mas chorradas, 30 min en la bici, 100 abdominales y 2 horas de voley. Miercoles: 20 min en la bici. Jueves: pateaad x la ciudad, 15 min en la bici, 200 abdominales. Y hoy... está por ver ¬¬ xDDD
El miércoles despues de clase empecé las clases del estalmat, que es algo asi como "Programa de deteccion y estimulo del talento matematico precoz" (vale, las ininciales no encajan, pero weno xD) y antes tenia un rato para ir a la biblioteca y hacer tarea... Total, que acabe antes de que empezasen las clases aquellas, y me puse a dar vueltas por la biblioteca, y por casualidad encrontré una secion titulada "Comics" *.*
Entre, deseando encontrarme un paraiso de manga gratis... jaja, bueno, no habia mucho de que escoges, la mayoria eran otros comics, pero...
¡¡¡¡¡¡tenian narutoooooooooooo!!!!!!!!!!!!! :DDDD saque del 4 al 7, ya me los he fulminao xD ahora tengo que ir a devolverlos... ¬¬
Durante las calses de mates estuvo divertido, me rei bastante, luego en un descanso vi que una chica estaba ahi sola y me acerque a ella y empezamos a hablar... Lo mejor fue cuando me fije en su mano, tenia dibujado... ¡¡el simbolo de la villa oculta de la hoja!! O.O otra friki!! jajaja es muy simpatica, y se llama como yo! (cuantas Lauras conozco ya, Yvi? entre 10 y 15, creo recordar... xD)

El jueves... En clase na interesante, por la tarde pateada increible buscando los mapitas de las narices que tenia que traer hoy a claase... Media ciudad por lo menos... T.T Y hoy no usamos los mapas, me cago en la profe... T.T Y fue la presentacion de mi equipo de voley, nada del otro mundo... No se que mas contar xD

Hoy: llovio!! lo malo es que cuando cogi la guagua no llovio, y no pude darme un paseo bajo la lluvia (tuvo que ser sin lluvia... ese relato esta mas pa detras xDD si no recuerdo mal una de las primeras entradas xD) como yo queria... T.T Bueno, despues muchas horas agotadoras de clase, a ultima teniamos lengua (que ascooo) y yo me puse al lado de la ventana... ¿a que no saben lo que descubri?? ¡¡un nido de paloma!!! O.O ahi, entre las persianas, un monton de ramas y cagadas, y entre todo eso un huevo abierto... Me pase el resto de la hora imaginando la historia de la palomita, me ausente de la clase pa aprender a volar como si fuese la palomita... y de paso les cague ne la cabeza a unos que se fugaban ¬¬ Un dia de estos me pongo a escribirlo xDD


Y... Bueno, despues de este testamento/ersumen de mi semana, dejo el relato que habia prometido. Con todos ustedes,


Lluvia

La lluvia caía impasiblemente sobre su cuerpo, que temblaba terriblemente debido al frío. Corría con todas sus fuerzas hacia algún lugar que pudiese estar mínimamente seco, para refugiarse del llanto del cielo. Abrazaba unos libros entre sus brazos para que no se mojasen, aunque sirviera de poco o, más bien, de nada. Por fin, llegó a una parada de autobús. Se sentó en el incómodo banco metálico, y procedió a escurrir la escasa ropa veraniega que llevaba puesta en ese momento, que estaba chorreando. La lluvia la había pillado desprevenida, en escasos minutos el cielo soleado se había cubierto de unos oscuros nubarrones de tormenta, los mismo que ahora descargaban su ira sobre los mortales. En poco tiempo, el cielo se oscureció más, si aún podía ser. La chica consultó su reloj: eran las siete y cuarto pasadas, pronto se haría de noche, llegaría tarde a su casa y estaría castigada ese fin de semana.
Pero no tenía la menor intención de volver. Necesitaba estar sola. A menudo se escapaba a contemplar el mundo, simplemente a observar cómo la copa de los árboles se mecía en la brisa durante horas, sentada sobre una rama en actitud confiada, sin temer que una ráfaga de viento pudiera derribarla; o se acercaba pedaleando al mar, para ver cómo las olas lamían la costa hasta desaparecer, dejando tras de sí un bello rastro de blanca espuma. Otras veces subía al monte cercano a su pueblo, para hacer una hoguera, siempre con las máximas precauciones para evitar incendios, y contemplaba cómo las llamas bailaban una danza que sólo ellas parecían conocer, una danza mística y acompasada, que se aceleraba con un soplo de brisa. También disfrutaba contemplando las nubes, suaves figuras de algodón que cambiaban de forma, se desplazaban, tapaban el sol y lo dejaban al descubierto, o cubrían todo el cielo como un manto gris, amenazantes, dejando ver que en cualquier momento podían desatar una tormenta furiosa.
Pero lo que más le gustaba era contemplar la lluvia cayendo desde el cielo, formando charcos y goteras, mojando a todos, frías gotas de agua resbalando por las cúpulas de los muchos paraguas multicolores bajo los que se resguardaban trabajadores impacientes por llegar a sus casas. Coches pasando a toda velocidad que salpicaban a los viandantes con agua embarrada y sucia, gotas que hacían temblar las hojas de los árboles y luego caían hacia el suelo, dejando un rastro por donde pasaban y haciéndose cada vez más pequeñas hasta desaparecer, como si nunca hubiesen existido.
En ese momento, escuchaba el repiqueteo desacompasado de la lluvia sobre el techo acristalado de la parada de autobús, dejando el cristal grandes goterones del líquido de la vida. Levantó la vista, y miró más allá de las cimas de los rascacielos, que parecían competir por rozar el firmamento, hacia el cielo cubierto de nubarrones que tapaban cruelmente la belleza del cielo nocturno, normalmente cuajado de estrellas, y con un bello astro redondo que lograba iluminar hasta el rincón más escondido, desde la ciudad más poblada hasta el pueblo más pequeño, desde una gran mansión hasta la cabaña más miserable, incluso esa noche un brillo luminoso se abría paso a través de las espesas nubes que todo lo tapaban.
Se quedó así, quieta, con la cabeza inclinada y la vista fija en el cielo, durante lo que a ella le habían parecido algunos minutos, pero en realidad eran varias horas. Finalmente, con lentitud, devolvió su cuello a una posición normal, y lo movió hacia los lados, para desentumecerlo. Entonces, sólo entonces, descubrió que tenía frío. Consultó su reloj: las doce y media pasadas. Suspiró, sus padres la matarían a gritos, no podría salir en un mes, pero no dio más señal de frustración que esa. La tormenta ya había amainado, pero seguía lloviendo ligeramente. Las nubes se habían desplazado, aunque unos jirones de niebla aún jugaban al escondite con la Luna, tratando de ocultarla de la vista de los mortales.
Un autobús paró a escasos metro de la chica, pero ella se limitó a negar con la cabeza. Podría haber subido, tenía dinero para pagar, podría haber vuelto a su casa, taparse con varias mantas, cenar algo caliente, descansar… Podría haberlo hecho, podría olvidar todo lo que había visto esa noche, apartar de sus pensamientos las maravillas que había contemplado durante esas cortas horas, podría simplemente aceptar un castigo, pedir disculpas, podría no volver a escaparse a observar el mundo, como siempre decía que haría, aunque acabase por desobedecer de nuevo, una y otra vez… Pero algo se lo impedía, esa noche había comprendido que estaba hecha por y para la Naturaleza, y que no podía seguir ignorando esa llamada en su interior.
Lentamente, se levantó, y anduvo hacia los límites de la ciudad. Una vez ahí, se encaminó hacia un viejo camino, embarrado tras las lluvias, ya que no estaba asfaltado, y lo tomó. Siempre, solo quería ir lejos de la ciudad, lejos del humo, a un lugar limpio, que le permitiese soñar con había sabido que estaba allí, pero nunca se había interesado por saber a dónde llevaba. Eso ahora no le importaba mundos imposibles… Nada le ataba a su lugar de nacimiento: no tenía amigos, y sus padres casi nunca le prestaban atención, parecía que su existencia no tenía razón de ser, excepto recibir castigos y tareas.
Sin mirar atrás, caminó hacia algún lugar desconocido, un lugar con un destino incierto, pero, al fin y al cabo, un lugar para vivir.

PD: no se si lo dije antes, pero lo repito: dedicado a Haila ;)

24/9/07

Papel de forrar

¡Hola! Hata hace poco estaba alegre y feliz sin razon aparete (es lunes O.o). Solo hasta hace poco, porque con mi felicidad y mi alegrí había escrito una laarga entrada de discusiones entre yo y mi subconsciente que había quedado divertida (eso creo) y otras cosas que ya no tengo mucho tiempo de comentar *Conciencia de Lau* Lau, sabes perfectamente que pasarás horas frente al ordenador... ¿para que negar lo evidente? *Lau*a ver, conciencia, tengo que lavar los platos y hacer muchas tarea, ¿si dejas de meterte donde no te llaman? *CdL*: Lau, bonita, el tiempo que pases en el ordenador me llama mucho porque tu eres yo y yo soy tú, aunque no quieras. *Lau* si, por desgracia tienes razon... ¿por qué siempre tienes razón? *CdL* porque yo, al contrario que tú, digo cosas con sentido... a ver cuando empiezas a hacer lo mismo. *Lau* sub, sabes que yo no tengo sentido comun, ni sentido del ridiculo, ni sentido de la orientación ni ningun tipo de sentido (hasta el sentido de la vista lo tengo mal... malditas gafas T.T)asi que no me pidas que diga cosas con sentido, por favor. *CdL* yo solo te aconsejo lo mejor para ti... *Lau* ya está, pareces otra vez mi madre, ¿me vas a dejar en paz un rato? *CdL* ojala pudiese tomarme unas vacaciones, pero por desgracia estamos unidas para siempre... Eh, vosotras! Sí, si, las lectoras que ven nuestras discusiones de lejos partiendose de risa, es a vosotras. ¿Y si me relevais un rato? Así me puedo ir un tiempo al caribe a disfrutar sin esta loca... ¡Me tiene estresada! *Lau* no le hagais caso, no necesito a nadie que me cuide, no soy un bebe *CdL* eso habra que verlo... lo de que no necesitas que te cuiden, ya se que no eres un bebe ¬¬ *Lau* eso espero...

Bueno, sin quererlo han sido testigos de otra de nuestras extrañas conversaciones... Y, bueno, a lo que iba, hoy me siento generosa y os dejo otro relato. Un par de cosas que aclarar: a l@s fans de James Blunt, no tengo nada en contra de vosotr@s ni pretendo ofender a nadie, pero cada cosa tiene su limite y ayer yo lo sobrepasé sin quererlo T.T Y... a ver, he cambiado los nombres, pero casi todo lo que ocurre es veridico y todas las personas que aparecen existen de verdad. Y, aunque esté contado en 2ª persona, a la que le ocurre es a mí. Bueno, os dejo el relato. No lo disfruteis, simplemente reid.


Te sientas y miras con horror la pila de libros que hay sobre el escritorio y, con más horror todavía, miras los rollos de papel para forrar libros que hay a un lado. Amador, pone repetidas veces en el papel que protege el lado adhesivo. Te preguntas quién será ese tal Amador, si fue él el que inventó la grandiosa tarea de forrar libros, porqué lo hizo y, sobre todo, si él estará forrado de billetes de tanto vender papel para forrar. Recuerdas las pesadillas de otros años, no quieres ni pensar en lo que se te viene encima. Pero ya sabes de sobra que no puedes evitarlo, que esta tarea la tienes que hacer porque sí, aceptarla quieras o no. Y no quieres aceptarla.
Te sientas, coges el primer libro del montón: religión. Bueno, no tengo por qué esforzarme tanto, piensas, solo lo usaré una vez a la semana, puede quedar feo. Te haces un hueco y calculas cuánto debe medir el trozo de papel adhesivo, luego lo cortas. Pones la pila de libros en el suelo, dejas el de religión a un lado y separas el plástico pegajoso del papel que lo envuelve. Mientras lo haces, el plástico se enrolla sobre sí mismo pegándose de manera que parece imposible deshacer ese lío. Pero tú lo consigues, tirando con fuerza y dejando tus huellas dactilares por toda su superficie. Así nadie me lo podrá robar, porque nadie tiene las mismas huellas que yo, piensas para consolarte.
Extiendes el papel sobre la mesa… con el lado adhesivo hacia abajo. Genial, ahora además de forrar los libros forro la mesa, te dices maldiciendo tu estupidez. Lo despegas dando un tirón con todas tus fuerzas. El plástico está hecho un desastre, pero tienes que aprovecharlo, porque son muchos libros.
Ahora sí que lo colocas bien. Coges el libro y pones el lomo en el lugar que calculas que es el centro del papel, aprietas bien fuerte. Poco a poco, bajas la contraportada del libro, haciendo que se pegue al maldito plástico. Cuando llegas al final, le das la vuelta a ver que tal ha quedado. Genial, lleno de burbujitas de aire atrapadas entre el adhesivo. Haces lo que puedes por empujarlas hacia fuera, pero sólo consigues empeorar la situación, porque el papel se arruga, formando bultos de plástico alargados.
Sin pensarlo dos veces, das otro de esos tirones, y vuelves a empezar, por el mismo método que llevas haciendo durante años. Esta vez funciona. No quedan burbujas, pero las marcas de tus dedos, de la mesa y del mismo libro en el plástico hacen que el resultado se estropee. Genial.
Doblas lo que sobra de plástico hacia dentro y lo pegas sin grandes problemas. Luego repites toda la operación con la portada, procurando que quede mejor, y sorprendentemente lo consigues (a pesar de las huellas que ni siquiera el más novato de los ladrones dejaría). Pero mientras contemplas tu obra de arte, encuentras el defecto: has olvidado pegar la etiqueta que ponía tu nombre. Genial, ahora me robarán el libro, te lamentas. Bueno, siempre lo puedo escribir por dentro… Además, sólo es el libro de religión, casi ni lo usaré. Para relajarte, pones la radio. Suena “1973” de James Blunt, y coges el siguiente libro.
Con este decides cambiar de método, porque es el de lengua, que verás casi a diario, y no quieres estropearlo. Forrar… ¿Quién habrá inventado eso? Odio forrar… Aquí se forran todos: los libros, los que venden los libros, que cuestan una millonada… Todos menos yo. No, decididamente, esta no es tu idea de tarde ideal. Sólo despegas hasta la mitad del papel, y colocas el libro frente a ti. Pegas el plástico sobre el lomo, y separas los dedos con mucha dificultad, porque ya se te han empegostado y otra vez tienes un papel doblado y con marcas. 1973 te pone de los nervios. Muerdes el extremo del papel, mientras bajas poco a poco la cabeza y con las manos vas pegando el plástico lentamente, sin dejar ni una sola burbuja. Te alegras, y empiezas a bajar más rápido, pero entonces una arruga enorme atraviesa la portada. Genial. Para colmo suena el teléfono.
-Hola, ¿qué tal?- es tu amiga Paula, a la que su madre le forra todos sus libros.
-Hola… Ahora mifmo… No muy mien… Bafanfe liada.
-¿Y eso?
-Eftoy forrando lof librof…
-Pues yo tengo suerte, como me los forra mi madre… -estás a punto de matarla, pero no puedes decir gran cosa.
-¿Queríaf argo?
-No, sólo era para ver qué tal… Bueno, te dejo. Hasta mañana.
Estás a punto de matarla. Encima, parece que a maldita canción no acaba nunca. Intentas gritar que odias a James Blunt y a todas sus canciones, pero sólo consigues forrar tu propia boca. Cuando por fin consigues poner un poco de orden e intentas pegar el papel, te das cuenta de que ya no es adhesivo, tus babas lo han echado a perder. Y, como no puedes desaprovecharlo, después de hacer el dobladillo pones cinta adhesiva y lo arreglas.
Pasas al siguiente libro. Ciencias sociales. Este es muy grueso. Ya no sabes qué método usar, porque hagas lo que hagas acabarás estropeando un libro por el cual tus padres pagaron una millonada. Lo echas a suerte, cara o cruz. Toca hacerlo con los dientes. Quitas la radio, porque ya estás más que harta de james Blunt y su 1973, o el año que sea. Separas el plástico, y lo pegas al lomo. Empiezas otra vez con los dientes, procurando no manchar mucho el papel ni el libro. Mientras bajas, alguien toda a la puerta.
-Hola, ¿qué estás haciendo?
-¿No lo vef, hermanito eftúpido? Estoy forrando los librof, para que cuando lof tengaf que ufar tú no eften rotof, afí que máf te vale darme laf grafiaf ahora mifmo.
-Bueno, entonces procura que queden bien forrados… ¡Cuidado, que se ha arrugado!- si no fuese porque tienes las manos pegadas al papel, le estrangularías en ese mismo momento. No se libra de unos buenos insultos antes de irse a su habitación. Pero te contienes, respiras profundo varias veces, intentas relajarte mientras despegas el desastre.
Empiezas con el otro lado. Este, por una vez, te ha quedado perfecto. Sacas una enorme sonrisa de quién sabe dónde, estás feliz de que algo haya salido bien por fin. Pero todo tiene su pero, y esta vez… El “pero” es un pelo tuyo, que se ha quedado entre el plástico y el libro. Contienes a duras penas un grito de rabia, mientras das el tercer gran tirón. Quitas el pelo, y vuelves a empezar.
Obviamente, quedan burbujas. Te acuerdas de Amador, de los vendedores de libros millonarios, de tu amiga Julia a la que su madre le forra todos los libros, de tu querido hermanito, que es el responsable de que tengas que pasar por todo esto y de James Blunt y 1973. Y, agradeciéndoles a todos lo mucho que han hecho por ti durante esta tarde de septiembre, dejas a un lado los libros a medio forrar, enciendes el ordenador y pones otra vez la radio. Pero enseguida la apagas.
You’re beautiful.


PD: esta entrada la dedico (empieza a ser costumbre dedicar entradas... xD) a tod@s (aunque suele ser todas) aquellas que han forrado algun libro en su vida... jaja

PD2: este relato forma parte de lo que espero que sea una serie de relatos cortos relacionados con la vuelta al cole, mas o menos del mismo estilo humoristico.

21/9/07

Michel, el Cazador de Sueños

Dice una de nuestras más antiguas leyendas que, en el principio del mundo, cuando no se diferenciaba el día de la noche, cuando el tiempo no existía y los Cuatro Reinos no se habían formado, éramos felices. Eso jamás podré saberlo. Pero poco a poco las cosas se estropearon, el mundo se sumió en el caos. Todos peleaban entre ellos, matando a sus iguales, odiándoles por ser una posible amenaza al poder de cada uno. La maldad había llegado a Dheeq. Ni un alma se salvó del odio, de la tristeza, del rencor.
Ninguna, excepto la de Michel.
Michel no era más que un niño entonces, no conocía nada más que su nombre y, quizás, el del único pueblo que podría haber llamado suyo, Dauhl. No tenía ningún tipo de familia, y nadie entendía cómo había sobrevivido solo, en la calle. Los mayores no permitían que sus hijos jugasen con él, pues era un vagabundo. Vivió solo toda su vida, nunca supo lo que era la amistad, el amor, ni la confianza.
Y, a pesar de eso, no conoció la maldad hasta que comenzó a corroer cada uno de los corazones que encontró. Michel asistía a todo aquello con lágrimas de inocencia terminada inundando sus grandes ojos verdes. Hasta entonces, había permanecido ajeno a los sentimientos de los demás, sin interferir en la vida de nadie, como si el propósito de su existencia comenzase en aquel momento, y todos aquellos años no hubiesen sido más que un extraño sueño.
Contempló con horror cómo los hombres peleaban, mataban y morían sin una razón aparente, podía leer la furia en su mirada, podía oír gritos de rabia por encima del crepitar de las llamas y el chocar de las armas. Pero por encima de todo, vio el sufrimiento de aquellas personas que no querían luchar, o que no podían, que morían ahogadas bajo aquella marea de odio. Sabía lo que sentía cada persona, pero él no podía sentirlo, sólo intuía lo que pasaba por el corazón de cada uno. No echaba de menos sentir; jamás lo había echo. Sólo quería que aquello terminase, pues saber que todos sufrían sin razón no podía ser bueno. Deseaba con su corazón poder hacer algo por cambiar el mundo, algo que hiciese que todos fuesen felices.
Encontró a una niña, parecía de su edad. Michel sabía que estaba triste, que sufría. Su deseo se hizo más intenso, pero eso no lo podía saber, no podía sentir sus sentimientos, únicamente los de los demás. No era la primera persona a la que veía así, sola, herida, triste, desamparada; pero por alguna razón pensó que ella era diferente, y merecía su atención. Se acercó a ella, comenzaron a hablar y le ofreció su ayuda. Podría ser la amiga que nunca tuve, pensó Michel. Intuía el miedo de la niña, su desconfianza, y trató de parecer inocente.
Pero es imposible aparentar ser lo que nadie es, a pesar de que lo seas realmente. Y, sin embargo, la niña lo consiguió. Cuando Michel se acercó para ayudarla a levantarse, ella se levantó y saltó sobre él, arañándole la cara y los brazos, tirando de sus rubios mechones de pelo, hiriéndole. Trató de defenderse, sin comprender porqué la niña le hacía eso, si él no había tratado de hacerle daño.
Una vez solo y magullado, se preguntó de nuevo porqué. Porqué los humanos preferían sufrir y hacer sufrir antes que vivir en paz; porqué todo era engañoso y malvado; porqué aquella niña a la que había intentado ayudar le había atacado. Y esa vez dio con la respuesta. Era el miedo. Todos tenían miedo, por eso luchaban. Miedo de perder la vida, de perder la familia, de perder los amigos. Y trataban de defender todo aquello luchando, sin darse cuenta que con eso no conseguían más que poner en peligro lo que trataban de proteger.
Y al comprender aquello, sintió por fin el deseo que había ido creciendo sin que él lo supiese en su interior. Un escalofrío recorrió su cuerpo, oyó cómo latía su corazón en su pecho, rápidamente, y se sintió maravillado. Jamás había oído algo así viniendo de su interior. Podía sentir el pulso de otras personas, sus sentimientos y sus emociones, pero las suyas propias eran un nuevo descubrimiento, completamente diferente de lo que él conocía, y le entusiasmaba.
Pronto olvidó todo aquello, pues sabía que debía hacer algo para calmar a toda aquella gente. Debía cambiar el miedo y la muerte. Anduvo por un sendero, hasta que llegó a un pequeño bosque. Se adentró en la espesura, buscando algo que le ayudase a salvar a personas como aquella niña del sufrimiento que no merecían.
Y, de pronto, vio una flor ante sus pies. No era un flor cualquiera. Se agachó para mirarla, y quedó maravillado con su belleza. El fino tallo verde terminaba en una esfera formada por miles de filamentos que crecían desde el centro, donde eran amarillos como el sol. De allí crecían hasta el exterior, con las tonalidades de un atardecer, pasando de naranja a rosa pálido, que transformaba en violeta, y finalmente en un azul claro como el cielo del mediodía. Era la flor más bella que jamás había visto, pues ver todos los colores del cielo en una esfera tan pequeña le llenaba de esperanza. Y supo lo que debía hacer.
Cortó finas láminas de madera de los árboles cercanos, e hizo unos cuantos agujeros con una piedra afilada. Unió las láminas con ramas de thiel, que son muy finas, formando así un abanico. Era muy sencillo, pues era muy grueso y tosco, sin ningún tipo de decoración, pero serviría. Volvió junto a la flor, a la que bautizó iryel, y la arrancó de la tierra húmeda. La cogió delicadamente por el tallo, y con la otra mano abanicó sobre ella.
Dicen que en ese momento el cielo brilló con intensidad, y luego partículas de todos los colores posibles volaron por el mundo, llegando a cada corazón triste del continente, escuchando sus deseos, llenándolos de esperanza.
Cuenta la leyenda que en ese momento Michel desapareció para siempre del mundo, o al menos en su forma física. La verdad, según la historia, es que Michel se sacrificó para salvar a todos. Necesitaba ser un espíritu libre, sin estar atrapado en un cuerpo, para poder llegar a cada alma con aquellas semillas de iryel, y recoger los deseos de cada uno para llevar los sueños al cielo, con la esperanza de que allí se cumplirían.
Desde entonces, a Michel se le conoce como el Mensajero de los Deseos, pero, por encima de todo, es el Cazador de Sueños, porque se mantiene vigilante día y noche a la espera de cumplir un sueño, siempre a través de un iryel.
Es tradición hacer volar una de estas flores con un abanico, pidiendo el deseo al mismo tiempo. Pero no sirve cualquier abanico. Cada deseo tiene su abanico correspondiente, y es el fabricante quien recomienda el abanico perfecto. Por esto, esa persona conoce los sueños más secretos de todos, y debe saber guardar el secreto. Existen abanicos generales, para cualquier deseo, existen abanicos de amor o de riqueza, pero existen también abanicos hechos exclusivamente para un deseo concreto. Pero qué abanico corresponde a qué sueño... No puede saberse a ciencia cierta, es una intuición lo que los une. Cuando un deseo encuentra su media naranja, por decirlo de alguna manera, se cumplirá sin duda alguna.
Pero esto no son más que datos aparte. Ahora decidme, por favor, ¿de qué tipo de deseo se trata?



¡Hola! Como ven hoy empece poniendo el relato y ahora la explicacion (porque tengo la costumbre de explicar un poco cada relato, cosa que supuestamente no hay que hacer nunca xD)
Bueno, esto es una leyenda que, como ven, ocurre en otro planeta/otro mundo/otro algo (lo dejo a vuestra eleccion... o lo dejo en el aire, mejor xD). Esta leyenda forma parte de una historia más larga que tengo en mente, y bueno, creo que puedo colgarla asi porque a mi me parece bonita (a lo mejor me estoy creyendo la mejor y es horrible.. xDD)

Bueno, decir que actualizare de ahora en adelante menos de lo que habia pensado que podria, porque se me ha estropeado el internet T.T Si, es horrible xD Ahora estoy en la biblioteca, que hay internet gratis xD En cuanto recupere internet (sigo manteniendo la esperanza de que ahora no funcione xq edtan haciendo obras para poner adsl en mi casa... soy demasiado optimista xD) actualizare dos veces por semana, quizas solo una. Seria mas o menos los viernes, contando cosas que han pasado durante la semana (si es que paso algo interesante)y otra entrada los lunes, poniendo algun relato que haya escrito durante el finde, y si paso algo interesante esos dos dias, tambien xD Mas o menos seria ese el plan, porque yo tengo que planear todo ya que no tengo casi tiempo... Y como hoy es viernes, a contar un poco la primera semana de clase:

Pos... Por desgracia me han cambiado todos los profes (nombres nuevos! manias nuevas! costumbres nuevas! xD)... ¡¡excepto uno!! Y, por desgracia, ese uno es el que peor me cae, el de mates, que mejor no me pongo a decir porqué que si no no acabo xDDD Y existe el peligro de que casualmente descubra este blog... Mejor me callo xD Me toco una clase mas o menos buena, no somos demasiados y solo somos 7 chicas (¿eso es bueno o es malo? piensenlo bien xDD. Este año nop tenemos clase fija, asi que a cada hora cargando con las mochilas/bolsos de un lado pa otro. Encima hay un chico nuevo que siempre me espera al final de cada clase "porque se pierde" xD como si no me diese cuenta de que se pasa la vida mirandome... Encima preguntando a mi hermano si es mi hermano... xDD bueno, que le voy a hacer si soy una rompecorazones? :P Y ya hay manias entre profesores y alumnos, nuevos lios amorosos, incluso alguna pelea a la salida ya ha habido. Vuelve la vida colegial xD
La profesora mas odiada despues del de mates es la de ingles, que casi al final de la hora, que habian estado todos hablando, abrio la ventana muy lentamente, y esa ventana chirria de forma horrible, parece que se te van a perforar los timpanos. Cuando todos decimos ¡ayy! o cosas asi, la muy cabrona dice "¡Ah! ¿les molesta esto? como los gritos no les afectan, pense que esto tampoco..." Mejor no digo lo que murmure para mi misma en ese momento... Me como mis palabras... xD


Y... Bueno, creo que ya conte mucho por hoy, la verdad xD ¡Ah! Olvidaba decir a quien dedico esta entrada: al creador del pen-drive, sea quien sea, porque sin él no hubiese tenido relato que colgar... y eso no me hubiese gustado, asi que gracias Creador del Pen Drive xDD Y tambien, por encima de eso, la dedico a Ana, a quien debia dedicarle algo, ya que gracias a ti y a tus conversaciones por meseger se perfecciono la idea que tenia en un principio y, ademas, gano un titulo. ¡¡Muchas gracias wapa!!
¡Hasta cuando pueda! xD
¡Besos!
Laura


Edito: ¡Me vuelve a funcionar internet! A partir de ahora si podre actualizar como pdije antes, pero este lunes que se acerca no creo que haya relato, que ya lo puse hoy xD

10/9/07

Muros

¡Hola! Espero que la entrada se publique sin problemas, pues de aqui unos minutos habra una parada en el servicio para mantenimiento o noseque royo por el estilo xD
Bueno, como hacwe tiempo que no actualizo traigo un relato que escribi hace mucho, creo incluso que antes de que acabasen las clases xDD (O.O y ahora ya van a volver a empezar... T_____T no quiero ni pensarlo :( )
Como indica el título, se llama "Muros". La idea se me ocurrio un extraño dia en el que me puse a ver las noticias (extraño eso de que yo vea las noticias xDD) y dijeron que las tropas estadounidenses estaban construyendo muros alrededor de aldeas enteras que se consideraban peligrosas. A mi sinceramente me parece una injusticia enorme, encerrar gente inocente, como si ellos tuviesen el derecho de tratar a la gente como animales en un zoo, ahora a esta jaula, ahora a la otra, ¡¡no son ganado!! Algunos seran peligrosos terroristas y no lo niego, pero otras muchas de esas personas son gente inocente que no tiene la culpa de nada, ¡y van y les rodean con muros de hormigon!
Vale, despues de esta laaarga tertulia acerca de mis opiniones politicas (en la que ahora me doy cuenta que he exagerado algunas cosas xDD), cosa que no viene mucho al cuento, os dejo el relato en cuestion, que no es un cuento de hadas exactamente xD Y, como podreis comprobar, no tiene mucho que ver con el tema anterior excepto la mencion de los muros, pero me vino esa idea a la cabeza xD


Casi sin darnos cuenta nos rodeamos de muros, que separan los humanos y lo artificial del resto del planeta. Muros: unos gruesos, otros no tanto; unos altos, otros apenas llegan a medio metro. Muros de cemento, de acero, incluso muros horizontales de asfalto que separan nuestros pies de la tierra que nunca llegamos a pisar. Muros metálicos, también llamados vallas, aunque ese es sólo otro sinónimo de esa horrible palabra, muro. Las ventanas son muros, transparentes pero aún así muros, muros que nos hacen pensar que somos libres, pero sólo nos dejan ver una pequeña parte del azul del cielo. Muros que nos separan y nos distancian del resto del mundo, del resto de animales, incluso nos separan entre nosotros.
Desde la Gran Muralla China hasta el Muro de Berlín, desde las paredes de una habitación hasta las vallas fronterizas que pretenden separar un todo… No hay más que separaciones entre unos y otros, separaciones entre iguales… ¿para qué? ¿Por qué? Para no mezclarnos con los que creemos diferentes, porque no los aceptamos, porque queremos vivir rodeados de nosotros mismos, pensando que eso nos dará la libertad… Sin darnos cuenta de que con todos estos muros lo que conseguimos es aislarnos, encerrarnos en nuestra propia prisión ideal, construida por y para nosotros… Una prisión de la que no podemos escapar. Poco a poco vamos tejiendo los hilos de una telaraña en la que quedaremos enganchados tarde o temprano, como quien friega una habitación y queda rodeado de suelo mojado en una esquina…
Una esquina que, sin embargo, nos parecerá agradable, sin intrusos de otro color de piel ni de diferentes culturas.


Espero que os haya gustado ^^
Aprovecho para mencionar que ha cambiado la imagen y la cancion, y creo que cuando ponga la entrada cambiare tambien la frase.

¡Besos!!
Laura